naiden

Nosotrxs, lxs despojadxs de significado, caminamos entre las ruinas de la música, que son también lugares de sus formas más excelsas, donde el ruido se erige como el vestigio último de una realidad siempre imposible de alcanzar, solo esbozada en la vibración constante de las cosas indeterminadas.

No-música: el eco de un cosmos indiferente que se manifiesta en la disonancia y el estruendo, una anti-resonancia que rechaza la idea de la armonía y la disonancia en oposición, para comprender su mundo común, exponiendo con ello la verdad desnuda de nuestra existencia polisémica, asimétrica, dispar, al tiempo que ordenada, geométrica, numérica. Caosmos.

Somos lxs heraldxs del ruido, que escuchan en el caos la única voz sincera, la que no miente con promesas de trascendencia ni belleza, que no atiende a la polaridad para definirse, que no busca la dualidad como batuta.

Aquí, en el abismo vibracional, no hay redención, solo la fría constatación de que el universo no tiene canción predefinida, no hay algo que cantar, y nosotrxs, nadie, observamos desde la penumbra para comprender que cualquier intento de música es siempre una traición a la naturaleza misma del vacío que habitamos.